"Un hombre puede creer o no creer, eso es cosa suya, porque es su propia vida lo que apuesta por la fe, la incredulidad, el amor, la inteligencia. Y no hay sobre la tierra otra verdad más grande para el espíritu humano que esta gloriosa y humilde condición. El hombre arriesga su propia vida cada…
Si el viaje es un viaje REAL, el crecimiento personal, humano y psicológico se vuelve prácticamente indisociable. Sería extraño vivir todas estas experiencias y permanecer impasible, como si nada sucediera y no se alterara mi forma de relacionarme con el mundo, con los demás y conmigo mismo. Para mí, todas estas experiencias me llevan hacia la…
"No te preocupes, conmigo estás a salvo", dijo Joselito con ademán despreocupado mientras conducía el cochecito entre una calle llena de casas de ladrillo visto sin pintar. Nos adentrábamos en Alagados y sus alrededores, donde se encuentran algunas de las favelas más conflictivas de Salvador de Bahía, donde años atrás los lugareños vivían en "parafitas",…
Una de las cosas más valiosas que aprendo viajando en moto es a huir de todo tipo de rigidez e inflexibilidades, especialmente las auto-impuestas. Cuando emprendí el viaje en Latinoamérica, me prometí férreamente no volver a España hasta que terminara el periplo. Y sin embargo, mientras escribo esto, aquí estoy, tras regresar de un paréntesis…
Hay algo mágico que envuelve el viaje de quien lo hace sin rumbo ni destino fijo. A veces pienso que hay un Gran Espíritu, un Gran Misterio, que nos coloca en determinados lugares en determinados momentos por una razón que solo nosotros podemos acabar comprendiendo. ¿Necesitaba que me pasara esto? ¿Era necesario aquel mal rato?…
Recorrer la Carretera Austral en moto ha sido, sin duda, una de las experiencias más mágicas de mi vida. Hastiado del viento de la Ruta 40 y con el motor quejándose por la gasolina adulterada de Bajo Caracoles, alcancé Los Antiguos y crucé a Chile Chico, una de las fronteras que separan Chile de Argentina.…
Partí de Santiago con el corazón golpeando fuerte en mi pecho. Apenas llevaba un minuto conduciendo cuando un motorista chileno se me paró al lado y dándome la mano dijo:
–¡Enhorabuena! De verdad, enhorabuena.
–Gracias, gracias –contesté quitándole importancia, pensando que en realidad aún no había hecho absolutamente nada.
Al rato, durante la espera de un semáforo…
Me gusta pensar que todo pasa por algo, que lo casual es poco frecuente y que hay saber encontrarse cómodo en la mayoría de las circunstancias que nos trae la vida, aunque estas no siempre nos gusten. El retraso de 20 días de United Airlines y National Air Cargo por haber perdido la documentación más otros 10 por haberme roto el casco en el envío –y haber tenido que pedir a BMW Ibérica y Movilnorte que me enviaran otro– afecta considerablemente a ese mágico azar que determina con quién te cruzas en el camino y qué haces en él mientras tanto.
Aterricé en Antananarivo exhausto después de 25 horas de vuelos combinados con una fuerte sensación de hormigueo en el estómago, claro preludio de aventura. Al bajar del avión, un fresco olor a tormenta recién descargada invadió mis fosas nasales, cerré los ojos y me susurré "estás en Madagascar, has llegado".
¿Por qué Madagascar? Porque es isla. ¿Por qué isla? Porque a las islas es más difícil ir en moto (y ya tenía en mente el proyecto Soy Tribu). ¿En qué mes? Diciembre. ¿Por alguna razón? Porque los vuelos son más baratos. ¿Y eso? Porque, pobre ignorante, no sabía que era época de monzón y que con tanta lluvia no va casi nadie. Olé yo.
Hay algo mágico en los páramos solitarios alejados de la civilización y sus atrezos, humos y ruidos, construcciones y pavimentos. En lugares como Islandia, la naturaleza se mantiene tal y como siempre fue: abrupta, sincera y sin maquillajes. Y eso la hace inmensamente bella.
Islandia es mucho más que un cacho de hielo grande.
Es…
Apostado en la puerta de la iglesia, miraba a los recién casados con los ojos de quien mira en su pasado, como recordando el día en el que el arroz, los vítores y las enhorabuenas fueron para él y la mujer con la que compartiría el resto de su vida.
O a lo mejor simplemente pasaba por allí...
"In India everything is possible, my friend"Aseguraban los indios con la convicción del que habla porque sabe, escondiendo media sonrisa entre la boca y los ojos, con el tipo de mirada que encierra la experiencia vivida en carne. Podría relatar paso a paso mi viaje: detallar la belleza de lo entrópico, la magia de los trenes por la noche, el olor a barbacoa humana de Benarés, la mirada penetrante de los sin casta, cuánto corrí en un par de ocasiones por llegar a un baño a tiempo, la vez que acabé en una película de Bangalore o cómo salté por inercia de Goa a Nepal para acabar ingresado en Nochebuena en un hospital de mala muerte tras subir sin guía a más de 5.000 metros en el Annapurna. Pero me da pereza.