Recuerdo cómo 12 meses antes de comenzar mi particular odisea consultaba a Don Google una y otra vez exactamente esto: cómo preparar una vuelta al mundo y no morir en el intento. Con paciencia y buena letra, fui recogiendo de cada sitio aquello que encontraba útil y, de ahí, el primer consejo: busca todo lo que puedas porque las necesidades de cada viaje y viajero son distintas.
Da algo de vértigo que ahora sea yo quien lo escriba, desde Santiago de Chile, a unos días de que llegue la moto a destino y pueda empezar a rodar. Si bien este post puede aplicarse a todo peregrino, está enfocado a aquellos que lo hacen en moto y con un mensaje o proyecto que comunicar.
Cuando la compañía es buena y la energía converge el camino se vuelve inmensamente bello.
Así de sencillo, así de complejo. Sencillo porque cuando sucede es lo más natural del mundo; complejo porque no siempre se dan las circunstancias espacio-tiempo-personales. Eso sí, cuando los astros se alinean es una gozada.